Piel, sol y protección

El sol es imprescindible para la vida, y necesario para la síntesis de la vitamina D, favorece la circulación sanguínea y mejora algunas enfermedades de la piel

Para protegernos de los efectos perjudiciales del sol, contamos con la producción de melanina, una sustancia que impide que las radiaciones solares más perjudiciales penetren en la piel

La melanina es la que da color a la piel y su producción varía según los tipos de piel

Es máxima en las personas de raza negra, y mínima en la de la raza blanca, y dentro de ellas, las pieles más blancas son las más sensibles al efecto del sol.

La Radiación solar que llega a la tierra está formada básicamente por radiación infrarroja IR y radiación ultravioleta UV. Los UV pueden ser:

  • UVB, actúan sobre las capas superficiales de la piel y son los responsables de las quemaduras
  • UVA, actúan sobres las capas más profundas de la piel y son los responsables del bronceado pero también aceleran el envejecimiento cutáneo y la aparición de arrugas, alergias, sensibilidades…

¿Cómo proteger la piel del sol?

La cantidad de radiación que llega a la piel, supera la capacidad de defensa natural de la misma, por lo que necesita una protección adicional.

Siempre que se esté expuesto al sol, debemos proteger la piel de las radiaciones mediante el uso de prendas de vestir (preferiblemente de colores claros y de fibras naturales), el uso de sombreros, gorras y en zonas de piel expuestas mediante la utilización de cremas de protección solar

Esta protección de las cremas solares la proporcionan los filtros solares y están, por lo tanto, indicados en la prevención de quemaduras solares y de los cambios degenerativos de la piel causados por los rayos ultravioleta. Deberán permitir un ligero bronceado controlando la radiación directa producida por la radiación UVA

Para cuantificar la capacidad de filtrar los rayos de UV de las cremas solares se utiliza el denominado Factor de Protección Solar SPF

El SPF nos indica el tiempo que podemos exponernos al sol sin riesgo de quemaduras. Cuanto más alto es el FPS, más alta es la protección frente a los rayos solares

CONSEJOS Y RECOMENDACIONES

  • No exponerse al sol durante las horas de mayor insolación de 12h a 16h
  • Utilizar una protección indumentaria: sombrero, gafas de sol, camiseta…
  • No exponer a los bebes y los niños directamente al sol. A partir de los 6 meses pueden utilizar fotoprotectores, preferiblemente que sean resistentes al agua y SPF 50+
  • Para respetar el nivel de protección indicado por el factor de protección solar , se debe aplicar una cantidad de 2mg/cm de la piel, lo que corresponde a 36 gramos de crema solar para el cuerpo de un adulto
  • Elegir la crema y el índice de SPF adecuado al tipo de piel
  • Aplicar la crema antes de salir de casa y renovarla cada 2 horas y después de cada baño
  • Extender la crema sobre la piel bien seca
  • Aplicar una capa abundante de crema , asegurándose que se ha extendido por toda la piel sin dejar zonas sin protección
  • Cuando se inicie la temporada estival, deben utilizarse cremas con mayor índice solar al principio, reduciéndolo a medida que se pone morena la piel
  • No aplicar en la piel perfumes y colonias que contengan alcohol y esencias vegetales, porque son fotosensibles
  • Utilizar protección aunque esté nublado
  • Proteger los labios con un protector labial con SPF
  • ¡Muévete! No es aconsejable tumbarse al sol y mantenerse inmóvil durante horas. Aprovecha para pasear, jugar a las palas…
  • Hidrátate por dentro y por fuera. No olvides beber agua frecuentemente o líquidos sin alcohol para evitar la deshidratación
  • Ciertos fármacos son capaces de producir fotosensibilidad o aumentar el riesgo de reacción de la piel frente al sol. Si está tomando alguno de ellos debe evitar tomar el sol
  • En deportistas deben utilizarse cremas resistentes al sudor. Si se realizan deportes acuáticos, se utilizarán cremas resistente al agua.

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